¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en los peligros de una pizzería? Seguramente un corte con el cortapizzas, una quemadura al sacar una margarita del horno o un resbalón en un suelo grasiento. Y no te equivocas, esos son los sospechosos habituales. Pero, déjame decirte algo que he aprendido en mis años como profesional PRL: los accidentes más graves, las sanciones más cuantiosas y los problemas de salud más devastadores no vienen de lo evidente. Vienen de lo que no se ve. Por ello, una correcta prevención de riesgos laborales en pizzerías es la inversión más inteligente que harás en tu negocio.
Imagina por un momento que el aire de tu cocina, ese que huele a pan recién hecho y a orégano, esconde un enemigo invisible. Un enemigo que no solo puede provocar una enfermedad respiratoria crónica a tu maestro pizzero, sino que, en las condiciones adecuadas, podría generar una explosión. Sí, has leído bien, una explosión. Suena a película de acción, pero es una realidad técnica contemplada en la normativa española.
Hablamos de riesgos laborales en la pizzería que a menudo se pasan por alto, no por mala fe, sino por puro desconocimiento. Desde el polvo de harina que flota en la zona de amasado hasta el estrés térmico que sufre el personal junto al horno, pasando por esos movimientos repetitivos que, día tras día, van minando la salud de las articulaciones. Estos son los peligros silenciosos, los que no sangran al momento, pero que pueden cerrar tu negocio o, peor aún, cambiar la vida de un trabajador para siempre.
En esta guía definitiva, no nos quedaremos en la superficie. Vamos a sumergirnos en las profundidades de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, pero te lo contaré de una forma que entiendas, sin jerga legal insufrible. Te mostraré por qué tu pizzería es un centro de trabajo más complejo de lo que parece y te daré las herramientas prácticas para que puedas dormir tranquilo, sabiendo que tu equipo está seguro y que tu negocio está blindado ante una inspección. ¿Empezamos?
El Enemigo Invisible en tu Cocina: ATEX y el Asma del Panadero
Ese polvillo fino y blanco que impregna el aire durante el amasado, el que se pega a la ropa y nos recuerda el trabajo artesanal, también esconde una doble amenaza mortal. He visto a dueños de negocio quedarse pálidos cuando les explico esto, porque nadie asocia un ingrediente tan noble como la harina con una explosión o una enfermedad incapacitante. Sin embargo, la normativa es tajante, y la física, implacable. Por esta razón, entender la prevención de riesgos laborales en pizzerías pasa, obligatoriamente, por conocer estos dos conceptos: ATEX y asma del panadero.

Componentes para la creación de una atmósfera explosiva (ATEX) por polvo de harina.⚠️ La Zona ATEX que no Sabías que Tenías
ATEX es el acrónimo de «Atmósferas Explosivas». Y sí, la zona de amasado, acondicionado o almacenamiento de harina de tu pizzería puede ser clasificada como una Zona ATEX. ¿Cómo es posible? Cuando el polvo de harina alcanza una determinada concentración en el aire, se comporta como un combustible extremadamente volátil. Solo necesita una fuente de ignición —una simple chispa de un enchufe defectuoso, la llama piloto del horno, una superficie muy caliente o incluso la electricidad estática— para provocar una deflagración.
El Real Decreto 681/2003 obliga al empresario a evaluar este riesgo y a tomar medidas. No es una opción.
- Clasificación de Zonas: Un técnico competente debe evaluar y clasificar las áreas de riesgo (normalmente Zona 22, donde la nube de polvo puede aparecer ocasionalmente).
- Equipos Adecuados: Cualquier equipo eléctrico en esa zona (enchufes, motores de amasadora, lámparas) debe tener certificación ATEX para evitar que genere chispas.
- Señalización Obligatoria: Debes señalizar la zona con la señal triangular negra y amarilla con las letras «EX». Este es uno de los fallos más comunes que encuentro y motivo de sanción directa.
- Medidas Preventivas: La clave es evitar la acumulación de polvo. Esto se logra con sistemas de extracción localizada y protocolos de limpieza exhaustivos. ¡La limpieza aquí no es solo higiene, es seguridad anti-explosión!

El Asma del Panadero: Cuando tu Ingrediente te Ahoga
Aún más silencioso, pero igual de destructivo, es el riesgo para la salud respiratoria. La inhalación continuada de partículas de harina puede sensibilizar el sistema inmunológico, provocando rinitis, conjuntivitis y, finalmente, el temido «asma del panadero». Es una de las enfermedades profesionales más comunes del sector y está reconocida en el cuadro del Real Decreto 1299/2006. Comienza con tos y sensación de ahogo, pero puede evolucionar hasta convertirse en una patología crónica e irreversible que aparte al trabajador de su profesión de por vida.
- Vigilancia de la Salud: Es obligatorio incluir en los reconocimientos médicos de tus trabajadores pruebas específicas de función respiratoria (espirometrías) si están expuestos.
- Mediciones Periódicas: Tu servicio de prevención debería recomendarte realizar mediciones de polvo en suspensión para cuantificar el nivel de exposición y verificar si las medidas de control son eficaces. La periodicidad la marcará tu evaluación de riesgos, pero una revisión anual es una buena práctica.
- Equipos de Protección Individual (EPIs): Durante las tareas de mayor generación de polvo (volcar sacos en la amasadora, limpieza), el uso de mascarillas con filtro de partículas, como mínimo FFP2 y recomendablemente FFP3, es absolutamente obligatorio. Debes proporcionarlas y formar al personal sobre su uso correcto.
Claves Preventivas
Lo que debes recordar de esta sección es simple: el polvo de harina es un agente químico peligroso con un doble riesgo. Para controlar los ambientes con riesgo de deflagración y proteger la salud respiratoria del personal, tus acciones deben centrarse en:
- Evaluar y señalizar correctamente las Zonas ATEX.
- Instalar sistemas de ventilación y extracción localizada.
- Proporcionar y exigir el uso de mascarillas FFP3 en tareas clave.
- Programar mediciones ambientales y reconocimientos médicos específicos.
Más Allá de las Quemaduras: Cómo Combatir el Estrés Térmico en tu Cocina
El corazón de una pizzería es su horno. Un horno de leña puede alcanzar los 450-500 °C, y uno eléctrico o de gas no se queda atrás. Ese calor radiante es fantástico para la pizza, pero es un enemigo constante para el pizzero que trabaja a su lado durante horas. Solemos centrarnos en la quemadura, que es un accidente agudo y visible, pero a menudo ignoramos un riesgo mucho más insidioso: el estrés térmico. La prevención de riesgos laborales en pizzerías debe abordar este factor de forma prioritaria, porque sus consecuencias van desde la deshidratación y los calambres hasta el temido golpe de calor, que puede ser mortal.

La exposición continua a altas temperaturas junto al horno es un riesgo laboral clave . / Foto de Tony Webster.¿Cuál es la Temperatura Óptima de Trabajo? La Ley Responde
Puede que te sorprenda, pero la ley sí habla de temperaturas. El Real Decreto 486/1997, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, nos da unas pistas claras. Para trabajos ligeros, como el que se realiza en una cocina, la temperatura debería estar entre 14 °C y 25 °C.
«¡Imposible!», pensarás. «¡Al lado de mi horno llegamos a 35 °C en verano!». Y ahí, precisamente, radica el problema. Cuando la temperatura del cuerpo supera su capacidad para regularse, empiezan los problemas. El estrés térmico no depende solo de la temperatura del aire; también influyen la humedad, la velocidad del aire (ventilación) y, por supuesto, la ropa de trabajo y el esfuerzo físico que se realiza.
El objetivo no es tener la cocina a 20 °C, lo cual es inviable, sino implementar medidas que compensen esa carga térmica.
✅ Medidas Preventivas Esenciales Contra el Calor
He visitado cocinas que son auténticos infiernos y otras que, a pesar de tener un horno potente, son soportables. La diferencia siempre está en las medidas preventivas. No se trata de hacer una gran inversión, sino de aplicar el sentido común y la organización.
- Ventilación y Extracción: Es la medida más importante. No basta con la campana extractora de humos. Es crucial asegurar una buena renovación del aire general en la cocina para evitar la acumulación de calor. A veces, la solución es tan simple como instalar un ventilador industrial en un punto estratégico (lejos del fuego, por supuesto) o mejorar las entradas de aire fresco.
- Pausas y Rotación de Tareas: Es obligatorio planificar el trabajo para que nadie esté expuesto al foco de calor intenso durante toda su jornada. Se deben establecer pausas periódicas en zonas más frescas y, si es posible, rotar las tareas. Por ejemplo, el trabajador que está en el horno puede pasar un rato a la zona de preparación o de emplatado.
- Hidratación Constante: El cuerpo pierde muchísima agua a través del sudor para intentar refrigerarse. Debes garantizar el acceso a agua fresca en todo momento. No es un favor, es una medida preventiva. Coloca un dispensador de agua bien visible y anima a su consumo. En días de calor extremo, las bebidas con sales minerales (isotónicas) son muy recomendables.
- Ropa de Trabajo Adecuada: Utiliza uniformes de tejidos transpirables y colores claros. La ropa debe ser ligera pero cubrir la piel para proteger de salpicaduras y quemaduras por contacto.
Medidas Esenciales
Para combatir el estrés por calor en tu establecimiento, el plan de acción es claro. No subestimes los efectos de un ambiente térmico inadecuado. Las claves para la seguridad de tus trabajadores son:
- Medir y controlar la temperatura y humedad del ambiente de trabajo.
- Diseñar un plan de trabajo que incluya pausas y rotación en los puestos más expuestos al calor.
- Garantizar la hidratación y facilitar ropa técnica y transpirable.
- Asegurar una ventilación potente y eficaz en toda la zona de cocina.
La Batalla Diaria en la Cocina: Ergonomía y Hábitos Seguros en la Pizzería
Si los riesgos de ATEX o el estrés térmico son los enemigos silenciosos, los riesgos ergonómicos y las malas prácticas son el «fuego amigo». Son esos peligros que nacen de nuestro propio cuerpo, de nuestras posturas, de los movimientos que repetimos cientos de veces por turno y, sobre todo, de las prisas. La frase que más he oído y que más me preocupa es: «llevo veinte años haciéndolo así y nunca me ha pasado nada». Esa frase es, a menudo, el preludio de un accidente grave o de una lesión crónica. Una completa prevención de riesgos laborales en pizzerías debe, por tanto, atacar sin piedad estos hábitos normalizados.
💪 Tu Cuerpo es tu Herramienta Principal: Cuida la Ergonomía
El trabajo de un pizzero es tremendamente físico. Amasar, estirar, cortar ingredientes, mover sacos… son acciones que, si no se realizan correctamente, pasan factura. Los trastornos musculoesqueléticos (TME), como tendinitis, lumbalgias o el síndrome del túnel carpiano, son la principal causa de baja laboral en hostelería.
- Movimientos Repetitivos: El boleado y estirado de la masa, o el corte continuo de ingredientes, sobrecarga muñecas, codos y hombros. Es fundamental realizar pausas cortas y estiramientos, así como alternar tareas para no forzar siempre los mismos grupos musculares.
- Posturas Forzadas: Trabajar en una mesa de preparación demasiado baja o alta obliga a encorvar la espalda o a elevar los hombros de forma antinatural. La altura ideal de la superficie de trabajo debe estar a la altura del codo o ligeramente por debajo. Si no puedes cambiar el mobiliario, el uso de tarimas o banquetas puede ser una solución económica y eficaz.
- Manejo Manual de Cargas: Levantar un saco de harina de 25 kg o una caja de tomates de cualquier manera es comprar papeletas para una lesión lumbar. La formación es clave: espalda recta, rodillas flexionadas y carga pegada al cuerpo. Para cargas pesadas, siempre se debe pedir ayuda o utilizar medios mecánicos como carros o carretillas (fuente).
Las Prisas, el Peor Consejero: Malos Hábitos y Psicosociales
Aquí entramos en un terreno delicado: la presión del servicio. Cuando las comandas se acumulan, la tentación de «cortar camino» es enorme. Esta presión es un riesgo psicosocial que raramente se evalúa, pero que es el origen de muchos accidentes.
- Caídas y Resbalones: Un suelo mojado o con restos de comida es una pista de patinaje. Es obligatorio el uso de calzado de seguridad con suela antideslizante (marcado como SRA, SRB o SRC). Además, se debe limpiar cualquier derrame inmediatamente. La cartelería es útil: una señal de «Suelo mojado» debe estar siempre a mano.
- Cortes y Golpes: Usar cuchillos mal afilados (requieren más fuerza y resbalan más fácil), no utilizar guantes de malla metálica al limpiar la cortadora de fiambre o usar herramientas para lo que no son (¡el cuchillo no es un abrelatas!) son negligencias clásicas. Es imprescindible una formación real y práctica sobre el uso seguro de cada equipo.
- Falta de Orden y Limpieza: Un espacio de trabajo desordenado es una fábrica de accidentes. Los mangos de las sartenes no deben sobresalir, los cables deben estar recogidos y las zonas de paso, siempre despejadas. Esto no es manía, es un pilar de la seguridad en cocinas.

Lo que Debes Recordar
La seguridad en una pizzería se construye sobre la base de buenos hábitos y un diseño ergonómico del puesto de trabajo. La presión del servicio nunca puede ser una excusa para la improvisación. Para proteger a tu equipo de las lesiones físicas y los accidentes diarios, enfócate en:
- Formar continuamente a tu personal en técnicas ergonómicas y procedimientos de trabajo seguros.
- Invertir en equipos que faciliten el trabajo: mesas a la altura adecuada, carros y calzado de seguridad.
- Fomentar una cultura donde la seguridad no es negociable, ni siquiera en el momento de mayor estrés.
- Vigilar y corregir activamente las malas prácticas en el día a día.
Tu Plan de Acción en 5 Pasos: De la Evaluación de Riesgos a las Mediciones
Hemos hablado de atmósferas explosivas, de estrés térmico y de ergonomía. Ahora la pregunta del millón es: «Vale, me ha convencido. ¿Por dónde empiezo?». La buena noticia es que no tienes que convertirte en un experto de la noche a la mañana. La ley establece un camino claro. Ignorarlo no solo te expone a sanciones, sino que es como navegar en una tormenta sin brújula. La prevención de riesgos laborales en pizzerías no es un documento que se guarda en un cajón, es un sistema vivo de mejora continua. Aquí tienes la hoja de ruta definitiva.
Paso 1 y 2: El Servicio de Prevención y la Evaluación de Riesgos
Lo primero es lo primero: si tienes al menos un trabajador, estás obligado a organizar la prevención. La forma más sencilla y común es contratar un Servicio de Prevención Ajeno (SPA). Ellos serán tus asesores técnicos.
Su primera tarea será realizar la Evaluación de Riesgos de tu pizzería. ¡Ojo! Exige que sea específica. Un error garrafal es usar una evaluación genérica de «hostelería» que no mencione el riesgo ATEX por harina, el estrés térmico del horno o los movimientos repetitivos del pizzero. Ese documento es tu mapa de peligros y debe reflejar tu realidad. De él saldrá el Plan de Prevención, que es la estrategia para controlar esos riesgos.
Paso 3 y 4: Formación de Trabajadores y Vigilancia de la Salud
De nada sirve tener el mejor plan si tus trabajadores no lo conocen. La formación e información es un derecho del trabajador y una obligación tuya. Deben saber a qué riesgos se exponen y cuáles son las medidas preventivas. Esto incluye desde cómo levantar un saco correctamente hasta saber qué mascarilla usar al manipular harina.
Paralelamente, debes ofrecerles la Vigilancia de la Salud. Los reconocimientos médicos deben ser específicos para los riesgos de su puesto: espirometrías para el riesgo de asma, revisiones musculoesqueléticas para la ergonomía, etc. Es la única forma de detectar a tiempo posibles daños a la salud.
Paso 5: Las Mediciones Periódicas que Nadie Hace
Este es el punto que diferencia a un negocio que cumple por los pelos de uno que se toma la seguridad en serio. Ciertos riesgos necesitan ser medidos para saber si están bajo control.
- Medición de Polvo de Harina: Si la Evaluación de Riesgos detecta un posible ambiente polvoriento, es muy recomendable realizar una medición de la fracción inhalable para cuantificar la exposición del trabajador. La periodicidad la marcará el resultado, pero una medición inicial es fundamental.
- Medición de Estrés Térmico: En los meses de más calor, si las condiciones son severas, se puede realizar una medición del índice WBGT (Wet Bulb Globe Temperature) para evaluar objetivamente la carga térmica.
- Medición de Ruido: El ruido de extractores, amasadoras o un local lleno de gente puede superar los límites legales. Una dosimetría o sonometría determinará si es necesario proporcionar protectores auditivos.
Claves Preventivas
Un plan de acción efectivo es la materialización de tu compromiso con la seguridad y la salud. No es burocracia, es la gestión inteligente de tu negocio y tu equipo. Para tener un sistema robusto, asegúrate de:
- Contar con un Servicio de Prevención que entienda las particularidades de tu pizzería.
- Basar todas tus acciones en una Evaluación de Riesgos específica y detallada.
- Integrar la formación y la vigilancia de la salud como parte de la rutina.
- No temer a las mediciones; son la única forma objetiva de saber si tus medidas de control funcionan.

Conclusión: Prevenir no es una Opción, es la Única Vía
Hemos viajado juntos por los rincones más oscuros de tu pizzería. Hemos desenmascarado a los enemigos invisibles, como el polvo de harina capaz de explotar o de enfermar a tus mejores trabajadores, y hemos puesto el foco en ese calor infernal del horno que consume la energía de tu equipo. También hemos analizado los peligros que se ven pero se ignoran: la espalda que se dobla mal, la prisa que provoca un resbalón, el estrés que normaliza la negligencia. Ahora sabes que una correcta prevención de riesgos laborales en pizzerías es un traje a medida que debe proteger cada uno de estos frentes.
No cometas el error de ver todo esto como un mero trámite burocrático, un coste o un obstáculo para servir rápido. La prevención es, en realidad, el ingrediente secreto de los negocios que perduran. Es una inversión directa en la calidad de tu producto, porque un equipo sano, seguro y que se siente cuidado es un equipo más motivado, más eficiente y más leal. Protegerlos no es solo una obligación legal, es la decisión empresarial más inteligente que puedes tomar.
Al final del día, tu pizzería es mucho más que un negocio. Es el proyecto de tu vida y el sustento de varias familias. Yo ya te he dado el mapa de riesgos y el plan de acción. Ahora la responsabilidad está en tus manos.
No esperes. Actúa ahora.





